COORDINACIÓN INTERINSTITUCIONAL Y CONTINUIDAD DE LA ATENCIÓN

Es necesario hacer referencia a la necesidad de desarrollar intervenciones que favorezcan la coordinación entre los diferentes agentes que intervienen con una misma persona y de garantizar la continuidad de la atención.

La cuestión de la continuidad de los cuidados resulta un elemento clave de los modelos de atención centrada en la persona, en la medida en que intentan evitar la descoordinación que puede producirse cuando son varios los niveles administrativos que intervienen sobre una misma persona. En el ámbito de la inclusión social esta necesidad de coordinación resulta aún, si cabe, más decisiva, en la medida en que las personas atendidas en este tipo de programas presentan múltiples carencias o dificultades (de empleo, vivienda, salud…) que normalmente se atienden desde dispositivos administrativos diferentes.

El reto de la coordinación resulta también evidente si se tiene en cuenta la pluralidad de agentes que suelen intervenir en un mismo caso (entidades privadas sin fin de lucro proveedoras del servicio y entidades públicas que lo regulan, financian y velan por su calidad, por ejemplo), o el carácter progresivo de las intervenciones, que hace que, en el marco de un itinerario hacia la inclusión, las personas atendidas sean atendidas de forma secuencial por diferentes agentes.

Resulta obvio, por último, que el desarrollo de los modelos de acompañamiento y gestión de casos que se derivan de la apuesta por la individualización requieren −al tiempo que facilitan− esquemas de trabajo en red que permitan integrar de forma coherente la labor de los diferentes dispositivos en un proceso de inclusión individual.

La idea de la coordinación de servicios centrada en la persona relaciona la necesidad de mejorar la coordinación entre los diferentes agentes prestadores de servicios con la individualización de la atención y el diseño de las intervenciones desde el prisma de las necesidades concretas de cada persona, haciendo la primera inevitable.